Cosquín 2011: Octava Luna.

“Y así, así” se fue la octava…

Fernando Pedernera

Radio Nacional

Enviado a Cosquín

Cada regreso de Luciano Pereyra al escenario mayor del Folklore es una celebración. Y así lo vivieron las miles de personas que se quedaron en la Plaza a esperar al muy buen cantor de Luján que a las 4 de la mañana en punto subió al Atahualpa Yupanqui y descargó toda su emoción con éxitos de todos sus materiales.

La preapertura comenzó bien cuyana con el sanjuanino Nano Rodríguez y siguió con Pablo Lobo, Los del Naciente (de celebrada presentación), el salteño Juan Carlos Díaz Cuello, Juan Martín Di Salvo y Jesús Sarmiento.

“Huele a Dios” fue el poema elegido para iniciar la octava ceremonia en la voz de su propio autor, Hugo Francisco Rivella, y a partir de allí el llamado a Latinoamérica, el Himno a Cosquín, el grito de Fabián Palacios y la Arenga de Marcelo Simón, dedicada a los oficios, para terminar anunciando al hijo de un Nombrador: Facundo Toro.

Con un muy buen manejo escénico, el artista interpretó “Mensaje de chacarera”, “Escríbeme una carta”, “La diablera”, “El Borrachito” y “Entradita de pueblo”, para luego dar lugar al segundo número que lo contenía pero con la presencia de Daniel Campos y de Nacho Prado.

En trío dieron vida a “Nombradores del Alba”, sentido homenaje a Los Nombradores y a los Cantores del Alba, recreando sus éxitos de antaño.

Con inteligencia, dulzura y madurez, los jóvenes cantores entregaron una bella selección de valses, y temas como “Nombradores del Alba” , “Serenata otoñal”, “Mariposa triste”, “Esta noche canta Salta”, “Que nunca falte una zamba” y “Lamento mataco”, para cerrar una presentación “altamente consagrable”.

Los ganadores del PreCosquín en el rubro Conjunto Instrumental, Escolaso Trío interpretaron buenas versiones de “A Don Agustín Bardi” y “Milonga de mis amores”.

El aerofonista Julio Palacios, “tucumano y municipal”, como destacó un seguidor, tocó “Juana Azurduy, una selección de carnavalitos y candombe y una selección de polkas, festivo cierre para preceder a la delegación más multitudinaria de las que participaron en la edición 51 de Cosquín. Como buenos anfitriones los cordobeses subieron 400 artistas al escenario para homenajear a la Industria Cordobesa con humor música, danza y canto. Himnos como “Pateando sapos”, “Soy de la Docta”, “Viva Córdoba” y “Chacarera de las Ponce” musicalizaron un cuadro que ofreció además el ingenioso desafío de malambo entre hinchas de Belgrano y de Talleres, para explotar con “Soy cordobés”, del inolvidable Rodrigo Bueno.

Luego del impasse de la presentación la plaza dio la bienvenida al siempre vigente Raúl Barboza, el acordeonista que mantiene intacta la magia del ya lejano Raulito. “San Luis Gonzaga”, “El árbol y el colibrí” y “Gaúcho de Porto Alegre” crearon el clima para que la plaza estallara con “Tren expreso”. “Brillante, conmovedora y muy delicada”, calificó un periodista en la transmisión radial que escuchaba todo un país.

La santafecina Mariel Trimaglio interpretó “No pretendo”, “Quien”, “Tan cerca y tan lejos” y “Puerto escondido”. Luego participó del Festival de la Canción con su personal versión de “El Antigal”.

La plaza, respetuosa, aplaudía cada propuesta, como ha sido una constante durante todo el festival. Pero fue impactada por la impresionante muestra de talento, profesionalismo y compromiso social que prodigó el jujeño de El Carmen Bruno Arias, que embanderado con los colores de la bandera Wiphala (emblema, en aymara) inició su show con “Caminantes” y tras presentar a Félix Díaz y su familia, integrantes de la comunidad Qom de La Primavera, Formosa, y solidarizarse con su reclamo de justicia, interpretó una potente versión de “Coya en la Ciudad”, de Sergio Castro y Néstor Gea, con buen aprovechamiento de los elementos audiovisuales que le ofrecía la escena. En un crescendo de climas, el jujeño invitó al escenario a Juan Saavedra, “el bailarín de los montes”, para cerrar su recital con “Digo la Telesita”. Pero, disminuido por el esfuerzo en su capacidad vocal y tras aclararlo, encaró la última misión que le deparaba la octava luna: el Festival de la Canción. Recordando un nuevo aniversario del nacimiento de Jaime Dávalos, registró una emocionante y sentida versión de la “Vidala del nombrador”, aplaudida por una plaza de pie y con lágrimas en los ojos.

Del Chaco llegó la propuesta “Chacarera del monte”, que interpretó “Canto Hermano”, “Puerto escondido” y Mocha Ahorcada”.

El quinteto tiempo regresó al escenario mayor de Cosquín después de más de tres décadas sin participar. Cantaron una recopilación de temas populares, “Milonga de mis amores”, recitaron el poema Sudamérica, de Jaime Dávalos, y cerraron con “Canción con Todos”, coreada por la plaza.

LA delegación internacional de Ecuador, con el grupo Quimera, regaló a la plaza excelentes versiones de “Pedro canoero” (T. Parodi), “El agujerito” (Pop. Ecuador), “Vasija de Barro” y “Los Hermanos (A. Yupanqui).

Daniel Caram, ganador del PreCosquín en el rubro “Canción inédita”, interpretó su tema “Nostalgias antiguas”.

Luego, de Río Tercero, llegaron los Flakussi.

La delegación provincial de Catamarca, con Silvia Pacheco y Rafael Toledo en las voces, extrajeron de su cancionero “Vidala del Culampajá”, “Zamba de los mineros”, “De resolana y chañar”, “La tinogasteña”, “Del tiempo i’ mama” y la infaltable zamba “Paisaje de Catamarca”, para compartir con el país.

El violinista santiagueño Néstor Garnica dedicó el recital a su padre que estaba internado y que le había pedido que llenara Cosquín de chacareras y realizó notables versiones de "Barranquera”, “Desnudo y viejo” y “Mishquila”, entre otros, además de la saya “Jilguero Flores” y el “Gato de la Negra”, para cerrar y dejar encendida la plaza para Emerger, que tocó “Para el cachilo dormido” y “El embrujo de mi tierra”.

La obra conceptual “Chaco Tierra, Monte y Río” llevada adelante por un muy buen seleccionado de jóvenes artistas, repasó la obra de músicos y poetas de la provincia, al punto de parecer más representativo y genuino que la delegación que noches antes se había presentado en representación oficial de la provincia de Zitto Segovia y Luis Landriscina.

El mendocino Víctor Hugo Cortez hizo palmear la cueca a la plaza, acompañado por Maximiliano Molina, con quien conformó un muy buen dúo, con la percusión de Matías García.

Los tandilenses Alazanes, dieron otra muestra del buen momento que viven como banda y para el Festival de la Canción realizaron una correcta versión de “Sapo Cancionero”, antesala del número de cierre que, como decíamos al inicio de estas líneas, estuvo a cargo de Luciano Pereyra.

El gran cantor de Luján deleitó a sus seguidores con “Cuentos de Amor”, “Salamanqueando pa’ mí”, “Sin testigos”, “Amor donde hubo”, Medley con “Córdoba sin ti”, “Desde que te has ido” y “Cómo puedes vivir sin mí”, “Soy un inconciente”, “Vestido Rojo”, “Porque aún te amo”, “Yo te quería querer”, y el reclamado “Y así, así”.

Esran las cuatro cuando subió y más de las cinco cuando se bajó. La ciudad volvía a la calma, pero momentáneamente. Porque faltaban dos lunas…

Escuche los domingos de 15 a 16 "El Aire de Aquí con los Herederos del Cuyum".
Conducen Mariel Kosacki y Fernando Pedernera por la FM 98.7 Radio Nacional Folklórica
www.radionacional.com.ar


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