COSQUÍN 2013: Sexta Luna

 La Luna de la Plaza que pese a la lluvia aguantó al Chaqueño.

(Cosquín, 25 de enero de 2013. Fernando Pedernera, RNA-BAF) La Sexta Luna de Cosquín se inició con una señal de lo que sería el cierre esperado. El Ballet Camín con su Homenaje a Salta y su representación del Himno a Cosquín, el Grito del locutor Claudio Juárez, y la Arenga de Marcelo Simón referida a la Salta Carpera de los poetas, inventores de palabras que nos hacen mejor la vida, encendió la mecha que explotaría por etapas a lo largo de la noche.
Sergio Galleguillo y elimán de los elegidos para jugar, gustar y ganar invitó a visitar su Rioja de Carnavales, de Chaya, de harina y de Albahaca, tierra donde “no se cumplen años sino febreros”.
A continuación, Los Abra, aprovechando el escaso tiempo cedido para su presentación, con “Este violín que tengo”, de Roberto Furques, y “Purmamarca”, de Franco Barrionuevo.
Con la plaza “en proceso de llenado”, el bonaerense de Chascomús, Omar Moreno Palacios, interpretó “Milonga corralera”, décimas de Cupertino del Campo con Música de Moreno Palacios; el poema de Osiris Rodríguez Castillos, “La credencial de niebla”; el vals de Facio Bequer, “Entra y no llores”; y, avisando que se iba a pasar, regaló su adaptación de “El medio hermano”, texto original de Wimpi.
Sin especulaciones, expresó de manera ingeniosa y con altura sus diferencias irreconciliables con algunos sectores del poder gubernamental a nivel provincial (“...si una carta como el Siete depende 'de la Sota', estamos perdidos”) y local, al percibir la presencia del intente de Cosquín y presidente de la Comisión Municipal de Folklore, Marcelo Villanueva.
El sentimiento de Quique Ponce, compositor, bandoneonista y cantor, quedó a la luz cuando sonaron “Zamba carpera”, creada en dupla con Héctor González; “Lo que amamos no se olvida”, compuesta con Hugo Casas; y la bella zamba “Gallitos del aire”, compartida con el recordado Argentino Luna.
La sorpresa de la Sexta Luna fue la presentación de Eliz Policicchio, ahijada artística de Abel Visconti, que con un repertorio muy tradicional -asesorada por el santiagueño Toño Rearte, fiscal de jurado de los Escenarios Callejeros- recibió el cálido abrazo de una Plaza que se quedó con ganas de escuchar más.
Bajo un cielo amenazante, se presentó Tributo a los Tucu-Tucu, integrado por Roberto Pérez, Coco Martos y el Dúo Yuchán, para hacer vibrar a la concurrencia con “Tu pollera tucumana”, “Puerto Tirol”, “Anoche no dormí” y “Luna Tucumana”.
Ganador del Pre Cosquín en 2006 y Revelación nde Espectáculos Callejeros en 2010, se presentó Leandro Romero, quien cantó “El Olvidao”, del Duende Garnica; y “Vos sabés”, de José Luis Romero.
Luchadora incansable, la santafecina María Elena Sosa volvió al Escenario Atahualpa Yupanqui para interpretar “La Villerita”, de Horacio Guarany; “Gurisito de mis pagos”, de Carlos Marcelo Díaz; “Pescador y guitarrero”, de Irma Abrain y Horacio Guarany; y “Entre Luz y sombras”, homenaje a José Luis Cabezas, fotografo asesinado en Pinamar, al cumplirse 16 años de aquel crimen todavía impune.
El salteño Alito Salim, muy bien secundado por los experimentados Lalo Romero (bajo) y Osvaldo Burucuá (guitarra), presentó “Hechizo calchaquí” y el huayno “Tumba retumba”, ambas de su propia factura.
Momento para atesorar, fue la presentación de Silvia Barrios, antropóloga y artista, con seriedad, fuerza, compromiso, fundamento y frescura, resumidas en sus obras “Pilcomayo”, compuesta junto a Gómez y Nohién; “Ahora es nuestro tiempo”, e “Indio afuera”, creadas en dupla con Gómez. La problemática aborigen nuevamente sobre el escenario Atahualpa Yupanqui.
“Copla y Vino por Mendoza” fue el cuadro presentado por la Delegación Oficial de Mendoza, creación del músico y cantor Roberto Mercado, a la cabeza de un notable seleccionado de artistas mendocinos que, “sobre un puñado de poemas y canciones, muestran cómo fue tratado el vino en la Canción Popular, haciendo hincapié en ese hecho cultural tan propio como identitario como lo son el cogollo en la tonada y el aro en la cueca”, según explica. La representación fue realmente buena, aunque los artistas se quejaran de la falta de referencias sonoras sobre el escenario.
En ese contexto, subió Facundo toro, uno de los artistas más celebrados cada vez que reaparece por Cosquín. Pese a las deficiencias en el sonido que le impidieron realizar una serie de grabaciones previstas, el consolidado artista presentó temas nuevos, repasó clásicos de su repertorio y hasta se dio el gusto de cantar “Luna de Tartagal”, del Chango Rodríguez, a dúo con Guillermo Novelli, cantante del grupo La Mosca.
La Fuerza de Senderos, grupo que interpretó “Lágrimas de amor” y “Dónde van los pájaros cuando mueren”, del Chango Nieto; y “Septiembre de 1|988”, de Chacho Castaña, mantuvo el clima de una plaza que empezaba a impacientarse ante las amenazas climáticas del cielo.
Ganador del Pre Cosquín en el rubro solista Vocal Masculino de Tango, Lautaro Matamoros ofreció sentidas versiones de “Fuimos”, de Manzi y Dames; y “Una emoción”, de Raúl Kaplún y Suñé.
En muy buen cantor y guitarrista nacido en Buenos Aires, José Ceña, recordado por sus célebres interpretaciones de la obra de Atahualpa Yupanqui, sorprendió y gustó con una selección latinoamericana conformada por “Manifiesto del Canto”, de Víctor Jara; “Canción para Lucho”, poco transitada creación de Hamlet Lima Quintana y Moncho Mieres; y cerró con “Cebollita y Huevo”, del mendocino Jorge Marziali.
El grupo folklórico La Callejera, impusor de una de las peñas más concurridas, elegida especialmente por los bailarines, interpretó “Corazón quebrachero”, del chaqueño Ariel Andrada; y “Baila País”, también de Andrada, junto con la “Mamurga”, de Río Tercero, desplegando una verdadera fiesta sobre la escena.
Fiesta que antecedió al homenaje al Boliche Balderrama a cargo de Banda Coplera y Los Cayetanos en festejadas versiones de “Cuando en Salta”, “El vino nochero” y la zamba “Balderrama”, de Manuel José Castilla y Gustavo Leguizamón, cantada por todos y coreada por la Plaza y sus alrededores.
La salteña Marcela Ceballos puso “clima de Chaqueño” y reavivó las ansiedades de la concurrencia, con un repertorio que se inició con el taquirari “ya no quiero ser tu amor” y debió ser acotado según cuestiones de programación.
La lluvia dijo presente pero la plaza no se movió. Subió el sanjuanino Nano Rodríguez, quien llegara a Cosquín de la mano de su comprovinciana Claudia Pirán, y buscó aportar su calor al ritmo de “Por qué será”, carnaval de Ternán; y los motivos “Cariñito” y “Te vas”.
En medio de manifestaciones de impaciencia subió la ganadora del PreCosquín en el rubro solita vocal femenina de Folklore. Representante de la sede Gálvez, Santa Fe, la cordobesa de El Arañado, María Elena Pereyra impuso su carácter con muy buenas versiones de “Déjame estar”, de Valles, y “La Arenosa”, de Leguizamón y Castilla.
A continuación, La Legua sintió la ansiedad de la concurrencia, no osbstante lo cual opudo realizar el repertorio presentado a SADAIC.
Cada vez que terminaba un número, la plaza recordaba que había ido a ver al número de cierre, y lo hacía silbando y gritando por su ídolo.
El mendocino Javier Figueroa recitó dos poemas de Armando Tejada Gómez y cantó la “Canción de las simples cosas”, de Tejada Gómez e Isella; pegó la cueca de Zavala “Calle Angosta”, con punteo cuyano para destacar, y clausuró su recital con “Volver en vino”, de Horacio Guaarany.
La reprogramación de Juan Manuel Medina, anticipó la salida a escena del santiagueño Marcelo Toledo, hijo de Alito Toledo, de los Manseros Santiagueños, quien prodigó “Gusto a mistol”, zamba de Franco Barrionuevo; “La Otumpeña”, chacarera de Marcelo Ferreyra y Leocadio Torres; “La Algarrobera”, de Fortunato Juárez y José Herrera; y “El temido”, de Felipe Rojas y Marcelo Toledo.
Por la hora y las pretensiones de la Plaza, también debió ser reprogramado Nando el Salteño, subiendo en su lugar el narrador costumbrista ganador del Pre Cosquín 2012, El Raví.
Y ante el griterío nensordecedor que reclamaba por su artista, a las 4:18 el Chaqueño Oscar Esperanza Palavecino salió a enfrentar al “Monstruo” y pidió atención y respeto para la Delegación del Trichaco que se iba a presentar coon la presencia de Silvia Barrios, especialmente invitada.
Con el Chaqueño sobre el escenario, el público, que debería ser ganador del Premio al Aguante, disfrutó de muy buenas actuaciones de, entre otros, el Negro Salvatierra, a la sazón recitador y cantor del grupo.
Y faltando 17 minutos para las 5 de la mañana, el chaqueño presentó al Turco Hallami, para que con humor hiciera más amena la espera, mientras todo se disponía para el recital de cierre.
Minutos más tarde, la ovacion ensordeció al valle de Punilla, y el público pudo gozar de un artista generoso que, uno tras otro, devolvió tanto cariño en un show de 26 canciones que concluyeron cuando la claridad detrás de las montañas reveló que el sol comenzaba a despertarse. Eran las 6:18 cuando los presentadores desearon un “buen regreso a casa” y el volumen fue bajando hasta convertirse en silencio que se rompía ante la estridencia de aleatorios despertadores que invitaban a continuar la semana laboral. Paralelamente, los duendes se iban a guardar solitos a sus cajas, tratando de hacer méritos para que la Séptima Luna los dejara entrar para ver a Jiorge Rojas, con su consecuente previsión de Plaza repleta.

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